miércoles, 15 de abril de 2015

Oda a Madrid.

Porque Madrid es el clímax de lo insuperable. Es variedad y contrastes, es infinidad de planes, de calles, de paseos, de árboles y balcones, de terrazas y azoteas, de atardeceres y eternidades. Es el oasis de la animación, del cambio y el movimiento, es enemiga del hastío, la apatía y las fronteras. Es la reina de la península, el corazón de España, la más pura representación de la esencia patria. El alma mater de los alumnos hispanos, de ella bebe el más alto estatus, el gran político, el gran artista, el gran literato. De Madrid nace todo, muriendo todo a la vez, es como el mundo al girar, como el horizonte mortal del Tártaro. Nace el periodista que ilumina los ojos de Alicante a La Coruña, de Barcelona a Huelva, de Oviedo a Málaga, de León, Toledo, Huesca, Cáceres hasta Canarias. Nace el primer empresario, el primer banquero, el primer historiador, el primer obrero. De Madrid nace todo, de Madrid, al cielo.

Madrid es la cuna del buen gusto, de la pureza hecha palacio, de la elegancia de la mejor moda. Es dinero hecho belleza, la urbe de la clase, el olor a Ralph Lauren, PdH o Tommy en cualquier recoveco de Moncloa o Chamberí, de Salamanca o La Castellana, de Nuevos Ministerios o María de Molina. Es melodía de Pereza, la armonía de lo vintage y lo chic, la síntesis de tradición y modernidad. Es un universo híbrido, mezcolanza de pijerío y hipsterismo, de alternativismo y look rockero. Es el lujo de las fachadas de Serrano y Goya, y el aire bohemio que impregna el ambiente de Tribunal y Fuencarral, de Ópera y La Latina. Es el buen sabor del elitismo que envuelve al Triángulo de Oro, a la calle Génova o a José Abascal, a las mansiones de la montaña, La Moraleja o Mirasierra.

Más bonita que ninguna, es bastión del espíritu nacional, de la pureza del idioma castellano y el reflejo de nuestra identidad cultural. Es la gran ciudad cercana, próxima a todo y a todos, puente entre Valencia y Cantabria, entre Bilbao y Cádiz, entre Zamora y Castellón de la Plana. Une kilómetros, distancias, personas y almas. Une corazones, recuerdos, pasiones y deseos. Es la ciudad de la unión, de la proximidad y el equilibrio, de la plenitud en sueños, de la plenitud en vida.

Madrid, la ciudad de la luz, de la euforia, la ciudad genuina, genial, increíble. Ciudad de la armonía, Madrid, ciudad indescriptible.