jueves, 21 de febrero de 2013

Dónde.

Lloraba. Se sentía solo, triste,
alejado de aquel mundo de luces.
Él ya no estaba, llevaba tiempo sin estar.
Mucho tiempo.

Sobresaltos, sorpresas, irrepetibles sensaciones.
Se había marchado un rato, nadie le echaba en falta.
Nadie.
Solamente necesitaba volar un poco.

Dio un salto hacia el cielo, mezcló sentimientos,
unió a personas, rió, gritó, volvió y se escapó.
Escapó y volvió, soñó. 

Todo había cambiado. Estaba escrito, estaba claro.
La única forma de volver.
La única forma de guardar.
Único. 

Intentaba reírse del tiempo, luchar contra el mundo.
No lo entendía, pero no importaba. 
Y qué. Era feliz. 

Las cosas parecían seguir su ritmo natural.
Ellas, juntas.
Ellos, iguales.
No hay transformaciones.

Pero es un paraíso. Hay ayer, y hay novedad. El mañana, dulce.

Vámonos.