sábado, 10 de noviembre de 2012

Puede.

Puede que mis ojos no sean azules, que mi pelo no sea rubio y que carezca de prominentes músculos y abdominales. Puede que mis dientes no sean todo lo blancos que deberían ser, que mi piel no sea lo suficientemente suave o que mi frente no tenga un tamaño perfecto. Puede que no sea nada alto, que me encorve a veces al caminar y que mis brazos sean demasiado delgados. Sí, parece que nunca podría alcanzar la belleza clásica ideal, pero no puedo pasarme toda la vida lamentándome por ello. 

Es probable que mi voz sea bastante extraña, que muchas veces hable demasiado o que gesticule en exceso. Puede que no muestre atención por algunos aspectos básicos de la vida y no siga los parámetros generales de mi mismo sexo, que preste demasiada atención a la ropa o que me obsesione un poco con tomar el sol en verano. Puede que me rechaces por desviarme bastante de la norma general, que te haya defraudado en tus esperanzas sobre como soy, que te esperaras que fuera diferente. Puede que no te gusten muchas cosas de mí por el simple hecho de que no son comunes a otras personas que conoces y que has conocido.

Eso sí, aunque no saque las mejores notas y suspenda algunos exámenes, soy capaz de enseñarte mucho de la vida. Capaz de darte conversación en los mejores y peores momentos, capaz de sonreír cuando es muy difícil hacerlo o capaz de preguntarte continuamente por tu estado de ánimo. Capaz de ayudarte cuando lo necesites y de hacerte recordar sensaciones inolvidables, de acompañarte a dar largos paseos inacabables, de sacar miles de irrepetibles fotografías o de hacerte reír hasta que salga el sol. Soy capaz de crear buenos momentos, de disfrutar cada segundo de los días. Capaz de hacerte vivir.

Puede que en general no te guste como soy, pero lo único que sé es que seguiré siendo así, y nunca nadie podrá conseguir que cambie. Nunca