miércoles, 5 de diciembre de 2012

Suma y sigue.

Sí, más vale tarde que nunca. Porque el tiempo es uno de los más acérrimos enemigos del ser humano, y a pesar de ser ya 5 de diciembre espero que el detalle sea lo que verdaderamente valga. Varios párrafos dedicados a relatar una historia con principio, pero sin final. Una crónica de altibajos, de subidones, de momentos de plena felicidad y de agobio insostenible. Pero buenos recuerdos al fin y al cabo. Hoy cumples dieciocho años, dejas de ser aquella niña pequeña que jugaba sin preocupaciones todos los meses del año, disfrutando de la brisa del mar gallego y de la caída de las hojas en otoño... ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MARTIS!

Cómo olvidar aquel septiembre de 1998, cuando entramos como dos extraños en un nuevo e inabarcable mundo, un mundo en el que, por azares del destino o por mera casualidad, coincidimos. Coincidimos en aquella clase con nuestra querida Puri, la llamada 'Mariposa', comenzando pintando y dibujando sobre pequeñas mesitas que ya deben ser parte del recuerdo. Saltábamos y reíamos mientras el mandilón se manchaba y los juguetes que siempre llevaba a clase se perdían en las rejillas del patio. También disfrutábamos aprendiendo sobre la animada vida de la reina 'A' y el rey 'U' e imaginábamos bajo la lluvia historias que parecía que nunca terminarían. Jugamos al escondite, a la 'paloma blanca paloma negra' y aprendimos los números en inglés al ritmo de armónicas melodías. Nos reíamos con una pequeña broma y poníamos cara de asombro cuando alguien decía algo parecido a un taco...

Éramos felices, disfrutábamos con el simple sonido de una canción de Disney o con el olor a frescor de la ría que saluda al colegio. Fuimos creciendo mientras nos dedicábamos a esquivar a nuestros compañeros durante el juego del 'bulldog' en Educación Física o a pasar largas tardes en tu casa viendo 'Operación Triunfo'. La vida seguía pasando pero nosotros seguíamos ahí, juntos, año a año, mes a mes, semana a semana y día a día. Nos reímos de Xosé Carlos, Rosana, Pura, Sophie, Maité, Isabel Gutiérrez, Pilar Mingote, Marta, Pilar Pazos y otros muchos profesores, a los que luego acabamos echando de menos. Comenzamos nuestras primeras salidas por la calle Real y Palexco, para acabar pasando idílicas tardes sentados en la Plaza de Pontevedra o tomando cualquier refresco en el Boulevard. Nuestras subidas hacia Franciscanos, muy míticas, para el recuerdo. Las escapadas a Miño, otro tanto. Ralladas en el comedor los viernes, cuando el pescado era intragable y el arroz blanco no era capaz de darle algo de alegría al paladar. Momentos de felicidad cuando tomábamos el sol en las horas muertas de los recreos, cuando te iba a buscar al pasillo y nos contábamos las novedades, cuando escapábamos o nos reíamos de diferentes personas...

Por las múltiples tardes no pudiendo aguantar la risa en Helena, momentos en los que desde San Andrés te veía esperándome con impaciencia para subir a ''trabajar''. Por todas nuestras fotos, frases, recuerdos, momentos de profunda telepatía... Por haber sido mi madrina en mi graduación, mi gran acompañante en las tardes en el Orzán este último verano y una de las personas más cercanas a mí, desde siempre. Por todo lo que tenemos en común, que no es poco, y todas las diferencias, que siempre enriquecen. Porque realmente no tengo mucho más que decirte, lo de siempre... Solo recordarte que creo que he cumplido con una cosilla de hace un año ;)http://www.tuenti.com/#m=Profile&func=index&user_id=67815304&blog_page=117

Dicen que cualquier tiempo pasado fue mejor, que se crece con los daños y no con los años y que lo pequeño es grande día a día. Alguien me ha dicho una vez que lo bueno nunca muere si hay alguien que te lo recuerda, y tú eres una de esas personas que me recuerdan que en esta vida hay infinidad de cosas buenas por las que seguir viviendo. Ya no tenemos quince años, hemos perdido una pizca de ese espíritu irracional e idealista, pero lo que está claro es que nuestros padres han acertado en algo, pues nos han hecho el mejor regalo que se puede hacer. Nos han regalado la vida, con sus contradicciones y sus problemas, pero también con sus alegrías. Y doy gracias por haberte conocido, si no sé que nada habría sido lo mismo...

¡FELICES DIECIOCHO NUEVAMENTE! Seguirá habiendo otoños inacabables, inviernos fríos, primaveras luminosas y calurosos veranos. Las aves seguirán volando hacia donde les dirija el viento, el mar seguirá vigilando la ciudad de La Coruña y las puestas de sol nunca perderán su atractivo artístico. Eso sí, mientras todo esto siga ocurriendo los amigos verdaderos también seguirán estando presentes, en 2013, 2014 o 2099.

Feliz mayoría de edad Marta, porque aunque ya no somos niños te aseguro que ser adulto trae consigo cosas inesperadas que son capaces de aportar una enorme e indescriptible felicidad.

Y recuérdalo, siempre estaré ahí.

I love you.