jueves, 29 de marzo de 2012

Una vez en un sueño.

Paseando por atractivos y nostálgicos rincones.
Un lugar inaccesible para el común de los mortales.
Hay que subir escalones.

Subir, andar, caminar, correr, esperar.
Buscando ideales que son eso, ideales. 
Pero nos hacen felices. 

¿Podéis esperarme? ¡Yo también quiero ir!
Escapan como si un guardia les persiguiera. Como si hubieran hurtado. 
Bajan después de que yo haya subido. Ridículo. 

Siempre he querido estar ahí. No sé por qué. 
Te he encontrado pequeña. ¡No huyas!
Bajaron la rampa, ¿tú también te vas? 

Les he perdido de nuevo.
¡Oh! He llegado a otro lugar. Sublime. Si no estuviera asqueroso.
Solo hay basura por toda la calle. ¡Deplorable! No hay más que suciedad.

¡Allá están! Me pregunto si sintieron la porquería del ambiente.
Lo dudo, creerán que es algo normal.

El mar está cerca. Siempre lo ha estado. 
Y ahora, ¿dónde estoy? Nadie lo sabe.
Extraños monumentos andantes.
Me rodean, no entiendo.

Asquerosidad irracional. Monstruosidad sin igual.
Belleza relativa.
Plenitud.
Círculos cíclicos.
Incertidumbre.
Extraño placer.

Un sueño.