miércoles, 5 de enero de 2011

La importancia de lo cercano.

A veces es necesario viajar a 1000 kilómetros de distancia, viajar a países de otros continentes, a ciudades de otros lugares, para darse cuenta de lo que tenemos en nuestra casa. A veces hay que marcharse muy lejos para darse cuenta de que la persona que queremos está tan cerca de nosotros que ni lo podríamos imaginar. A veces hay que pararse a pensar que las cosas más simples nos llenan de felicidad: comer chocolate, reír con un amigo, leer un libro interesante, ver una bonita película. A veces hay que darse cuenta de que si no sabemos a dónde queremos llegar, tenemos que vivir el momento.