lunes, 30 de septiembre de 2013

Recónditos.

Intrusos. 
Un estorbo para la plenitud. 
Máscaras extrañas, o simples hombres. 

Sus ojos se clavan firmemente en su mirar. 

¡Qué dejen de apuñalar lo más profundo de su alma! 
¡Qué olviden las facciones de su rostro! 

Paren de entrometerse en su interior. 

Jamás. 

La más sincera compañía de un mar solitario. 

Nadie debe inmiscuirse, 
únicamente necesita su presencia. 

A veces el gentío sólo genera soledad... 

mientras, el rubor de las olas libera su espíritu. 
Libera los demonios que lo atormentan. 

Solamente el océano le ofrece compañía.